¿Sabías que, durante el otoño, los osos pardos pueden aumentar su peso en más de un 30%?

Una buena cosecha de avellanas, bellotas, hayucos y castañas permite que muchas especies hagan acopio de energía para enfrentar los meses más duros del año.

Los osos pardos tienen una dieta omnívora, si bien un 85% de los alimentos que ingieren es de origen vegetal. La base de su alimentación cambia estacionalmente y los osos se han adaptado a estos cambios aprovechando lo que cada periodo les brinda; desde las plantas herbáceas de la primavera, pasando por los frutos carnosos y las bayas del verano a los frutos secos del otoño e invierno.

La alimentación otoñal no solo resulta vital para una especie que necesita acumular la energía suficiente que le permita encarar el invierno, también está directamente relacionada con el éxito reproductor, que dependerá en gran medida de la grasa que haya acumulado la futura madre y que necesitará para el amamantamiento de los oseznos.

Durante el otoño, en los bosques cantábricos se produce la maduración y caída de los frutos. Una buena cosecha de avellanas, bellotas, hayucos y castañas permite que muchas especies hagan acopio de energía para enfrentar los meses más duros del año.

Los osos pardos entran en un periodo de hiperfagia, durante el cual dedican mucho tiempo a consumir ávidamente estos frutos que les permitirán aumentar su peso hasta en más de un 30% y almacenar la energía en forma de grasa bajo su piel, fundamentalmente en la zona de los riñones y la grupa. Las cosechas otoñales no son uniformes y, debido a este carácter vecero, los osos se ven forzados a desplazarse en busca de las manchas forestales con más abundancia de frutos.

Los bosques cantábricos son imprescindibles para poder mantener una población de osos saludable y con futuro.

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