¿Sabías que… Molina perdió 25 kilos durante su hibernación?

Se ha dejado ver de forma puntual desde marzo, aunque no ha sido hasta mediados de abril cuando ha dado por finalizado su letargo

Despertarse de una hibernación puedes ser un proceso largo, que dure incluso varias semanas. Los osos van poco a poco saliendo de sus oseras, se dejan de ver durante unas horas y regresan a su refugio para continuar con la hibernación unos días más; un comportamiento que se acentúa cuando el tiempo no acompaña, como ha sido el caso de este invierno en Asturias.

Así, Molina dio por terminada su hibernación a mediados de abril, aunque se dejó ver por las instalaciones de la FOA de forma esporádica desde marzo. En total, pasó más de tres meses de letargo invernal durante los que perdió 25 kilos, una consecuencia habitual de este proceso y la razón por la que resulta fundamental que los osos se alimenten bien durante el otoño: las grasas acumuladas son las que mantienen las constantes vitales durante la hibernación, algo que consiguen con alimentos energéticos como los frutos secos que, en el caso de Asturias, son en su mayoría castañas, bellotas y hayucos.

Por norma general, las oseras se localizan en terrenos rocosos y escarpados, en muchos casos relativamente cercanas a carreteras y pueblos, pero siempre en lugares de difícil acceso.

Eso sí, no todos los osos hibernan. Los panda, por ejemplo, no lo hacen. Tampoco el oso de anteojos ni el bezudo. Por el contrario, los pardos y los negros sí, siempre en épocas frías. También lo hacen las osas polares preñadas y los negros asiáticos.

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