"El buitre sabio"

¿Por qué tienen la cara amarilla?

A pesar de ser el más pequeño de los buitres que tenemos en Asturias,  el alimoche común (Neophron percnopterus) es un ave grande, con una longitud de 60-70 cm y una envergadura de 155-180 cm. Color blanco con parte de las alas de un contrastado color negro, una cola en forma de cuña y una característica melena; los jóvenes, tienen un plumaje  pardo y su cara desnuda gris azulada mucho menos llamativa que en los adultos, que lucen un vistoso color amarillo anaranjado. Su pico es fino y ganchudo.

Estival reproductor común en Asturias que migra desde el África subsahariana, aunque hay ejemplares invernantes. Generalmente busca para nidificar oquedades pequeñas en las paredes rocosas que convierte en un pequeño basurero maloliente (lanas, huesos, carroñas, plásticos, ramas…) conformando la estructura del nido. La puesta suele ser de 2 huevos de color blanco sucio o manchados de marrón; comienzan en marzo y la incubación corre a cargo de ambos sexos durante 42 días.

Una de las señas de identidad de esta peculiar ave es la cara desnuda de un vistoso color amarillo anaranjado. La razón de que luzca este color cuando son adultos se debe a los carotenoides, pigmentos de origen vegetal; sin embargo, los alimoches no suelen explotar este  alimento, por lo que de alguna otra fuente han de conseguirlos. La Luteína, es el principal pigmento que aparece en el alimoche y podemos encontrarla en insectos como escarabajos y saltamontes, huevos de aves, y en las heces de los ungulados silvestres y el ganado.

Es común ver alimoches en las zonas de pasto entre el ganado buscando insectos o desparasitando alguna vaca, al tiempo, que hurgan  entre los excrementos de los que toman porciones y se las tragan. Este consumo de heces rico en pigmentos, ayuda a intensificar el color de las aves. Según estudios realizados en este campo, un color más intenso juega un papel importante en la selección de la pareja, en el rango jerárquico y, por consiguiente, en el éxito reproductor.

También es conocida la costumbre de estas aves de utilizar pequeñas piedras para romper la cáscara de los huevos de avestruz. Se trata de una conducta innata y no adquirida y, que ha quedado demostrado, en numerosas pruebas realizadas con ejemplares que nunca habían viajado a África o que fueron criadas separadas de cualquier congénere; de ahí, el apelativo de “buitre sabio”.

Fuente: oso de asturias
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